Es de suponer que un país es un pedazo de territorio poblado de gente viva, unidos más o menos por ciertas tradiciones míticas desde heroicas a ridículas,como el cruce de los Andes al dulce de leche... es efecto de discurso y genera una unidad ficticia pero fuerte de identidad y destino... pero el punto obvio es que son los humanos vivos los que manejan o no las circuntancias políticas y sociales; ...esto es una perogrullada, ningún diario del mundo habla de otra cosa que la actividad de los seres vivientes, aunque sean de lo peor ... recuerda y homenajea a sus muertos o los cubre de infamia según su circunstancia; pero a nadie en su delirio más febril se le ocurriría que los muertos tienen más importancia que sus recuerdos y los efectos de los mismos ...
Sin embargo, hay una ecuación cruel entre nosotros que llama la atención : una sucesión reciente y fantasmagórica de muertes y suicidios de personas famosas, conocidas y muy apreciadas + una serie de masacres crónicas disimuladas como accidentes masivos aparentemente imposibles de detener o prevenir + la historia reciente de miles de muertos políticos aún no localizados ni enterrados dignamente ... esta ecuación se va sucediendo casi sin respiro para los vivos generando una sensación de duelo inconmensurable e interminable, donde los muertos pesan y hablan más que los vivos; ... y en vez de sus recuerdos aparecen en el imaginario social como fantásticos hologramas sociales de casi-vivos, cual los zombies de las películas de terror clase B ... esa es la sensación real : en vez de discutir sobre que políticas convienen más al país y su gente se practica la necrofilia; o sea, la fascinación morbosa por los muertos, que finalmente deviene una invitación a más muertes y más monumentos funerarios ... no es que no deba haber lápidas ni criptas, es mejor que estén ahí y sellen lo definitivo.... el problema es cuando el límite entre los vivos y los muertos se borronea y se hace tan difuso que ya no se sabe quien o que decide sobre nosotros ... se habla de los fantasmas del pasado, se los exorciza para que sean eternos y nos guíen o para que desaparezcan de la memoria para siempre... se paralizan los mecanismos de raciocinio del Gobierno y la oposición, deviniendo un efecto ridículo de griterío fantasmal e inútil, un campeonato de víctimas casi mortuorio, se habla mal y al pedo ... parecen todos muertos, aún los vivos ... y los vivos siguen muriendo y generando tristeza irrefrenable, mientras se advierte en paralelo al bajón de la crisis económica una Depresión Política inmanejable e inaccesible, muy lejos de los psicoanalistas opinólogos fake que nos pueblan de uno u otro lado, los pibes dirían ¨hay mucha mala onda, loco¨ ... así parecemos Zombies haciendo cosas de Zombies, mientras mucha gente llora legítimamente sus dolores y a sus desaparecidos reciente o remotos ... es como un efecto contagio, no de una gripe sino de un deseo cuasi-suicida de no vivir para no saber, y estar unido a los muertos más acá del recuerdo, ... hay que terminar de enterrar a los muertos para que no jodan a los vivos, eso implica hacer desde una confesión sobre el destino definitivo de muchas tumbas anónimas hasta enjuiciar a los autores de las masacres pesudo-accidentales recientes en forma digna hasta enfrentar los costos políticos de no hacer nada en un montón de catástrofes, ... sino los muertos nos tironean desde sus sepulcros como en las películas, llevándonos a una no-vida y una no-nada ...//**
